Juan Pablo Fernández Zumaquero, Máster en EERR, Máster en Refino, Petroquímica y Gas y Máster en Gestión del Mantenimiento Industrial, actualmente Project Manager Oil & Gas en Repsol, nos da su opinión sobre la volatilidad de los precios del petróleo y se une como colaborador de las publicaciones de la Asociación.
Son muchos los expertos del mundo de la economía, en general, y del petróleo, en particular, los interesados en conocer la evolución del precio del crudo. Unos, conocedores de la relación Consumo de Energía vs desarrollo económico que ha existido históricamente y plasmado desde el Principio de la población de Malthus [1], otros, temerosos del futuro de sus empresas, fondos de inversión o fondos de pensiones entre otros. Las variables que componen la fórmula son infinitas, y no se pueden tener todas en cuenta, pero hay dos preguntas que, al formularlas en el orden correcto, pueden ayudar, aun a riesgo de tomar una versión simplista, a prever el camino que seguirá el precio del petróleo.
¿Qué factores han afectado siempre al precio del petróleo? ¿Cómo afectan estos factores al mismo?
Para la primera pregunta la respuesta es tan conocida como obvia: por un lado, la demanda de crudo a nivel global e, íntimamente asociado a ella, el estado de las principales potencias mundiales y los gigantes en desarrollo y, por otro lado, la producción de crudo no siempre asociada a esa demanda debido al oligopolio de la OPEP. Respecto a la segunda pregunta, hay muchas versiones y muchas contradicciones que hoy día no han podido ser resultas por ninguno de los stakeholders de este negocio.
En 2015-2016 hemos visto caer los precios del barril de Brent, de referencia para Europa, habiéndose alcanzado hasta los 27,10 dólares el 20 de enero de este mismo año. Si bien, se produjo un punto de inflexión, llegando a incrementarse, en la primera semana de junio de 2016, hasta los 50 dólares y subiendo, tal y como observamos en la siguiente Tabla:
La agencia de calificación crediticia Moody’s situó, en octubre de 2015, el precio del barril de petróleo de Brent en torno a los 53 $ [3]. Sin embargo, tras una revisión a la baja en el mes de diciembre de 2015, el precio medio previsto fue de 43$ [4]. Una cifra muy similar a esta última es la de 43.6$ promediada por Reuters, tras un sondeo en el mes del pasado mes de mayo.
Si estas previsiones se cumplen y el precio medio del barril de Brent se sitúa en torno a los 43$, teniendo en cuenta que ya se ha alcanzado esa media en lo que llevamos de año (ver Tabla 1), se espera que en los próximos meses se produzca un estancamiento de los precios de forma que se conserve esta media. No obstante, para el próximo año tanto Moody’s [4] como Reuters [5], prevén que el precio medio del barril de Brent aumentará.
Para confirmar que el precio del petróleo depende única y exclusivamente de la oferta y la demanda (no así el de los productos derivados) es más que interesante echar un ojo a esta gráfica que encontramos en un artículo de muchoinvertir.com de septiembre de 2015 [6]:
Si nos fijamos únicamente en la brusca bajada iniciada por los precios desde los máximos por encima de cien dólares del 3Q14 hasta los mínimos alcanzados en 1Q16 (no reflejados en la misma) vemos un pico en la diferencia Oferta-Demanda que podría contentar a quien busca una explicación sencilla a la evolución del precio del crudo.
Pero, ¿Qué ocurrió durante los tres años (3Q11 a 3Q14) en que los valores medios superaban los 100 dólares por barril y la relación con el diferencial Oferta-Demanda no explicaban esta estabilidad? Posiblemente la respuesta está en que la reducción del consumo de la mayoría de derivados del petróleo hizo que, para que las empresas siguieran siendo rentables, tuvieran que vender poco pero muy caro, y ganar en el negocio de exploración lo que perdían en el de refino y química, caso de las empresas con refino en los países más afectados por la crisis, como España.
De lo anterior se puede interpretar que la ley de la oferta-demanda se cumple para el petróleo, pero la relación es muy débil como para prever el precio del crudo a futuro. Y es que éste se mueve impulsado por muchos factores, además de los económicos, como los geopolíticos.
¿Cómo evolucionarán los precios?
La situación actual se caracteriza por unos precios bajos, fruto de un exceso de oferta sobre la demanda, determinada en gran parte por la producción de Arabia Saudí, que trata de paliar sus problemas presupuestarios al mismo tiempo que trata de expulsar del mercado la producción de Shale Oil estadounidense, que presenta costes de producción muy superiores a los de explotación de los pozos de petróleo convencional saudíes, ya que la fractura hidráulica (fracking) requiere desarrollar un mayor número de pozos por unidad de superficie y por tanto mayor inversión para estabilizar la producción, sin olvidar la diferencia de eficiencia en la obtención de crudo de las tecnologías convencionales y las de Shale Oil.
Sin embargo, para 2017 y 2018 se prevé que el precio del barril de Brent suba ( [4] y [5]). ¿Es esto posible?
El break-even point (BEP) o punto muerto, es decir, el precio a partir del cual se obtienen beneficios, tiene, para el negocio de exploración de las grandes petroleras un valor medio que depende mucho de dónde realicen sus inversiones. Este valor es más alto para inversiones en países OCDE que para países fuera de la misma, debido a factores como la magnitud de los campos, los costes de mano de obra local, los impuestos o la capacidad de negociación de sus gobiernos. Los compromisos adquiridos por las petroleras con los países donde tienen implantado su negocio de exploración y producción implican la extracción de unas cantidades mínimas de crudo que, una vez tratado, hay que vender a precio de mercado, generando, para precios del petróleo por debajo del BEP, pérdidas. Esto no es sostenible para las petroleras y tampoco lo es para la economía mundial, y esa es, a mi parecer, la primera de las razones por las que el precio del crudo ha de seguir subiendo.
¿Hasta cuánto? Teniendo en cuenta que para que EEUU deje de ser importador de crudo y pase a ser exportador necesita del uso de las técnicas de fracking y que éstas tienen un BEP de unos 65 dólares por barril, sustancialmente superior al de la extracción de petróleo [7], el precio no debería superar ese valor en un futuro próximo. Sin embargo, el aumento de la demanda de petróleo podría justificar las elevadas inversiones y costes operativos que conlleva el fracking debido a la baja madurez de la tecnología.
Por otro lado, Arabia Saudita posee 261,5 millardos de barriles de reservas probadas. Es el líder mundial en producción y exportación de petróleo, y con mayor capacidad de refinación. El crudo es su fuente de riqueza casi exclusiva, tratándose de un país que no tiene empresas destacadas en otros ámbitos y que sólo un 1% de su terreno es cultivable. El sector petrolero es responsable por cerca de 75% de las ganancias, 45% del PIB y 90% de los ingresos de las exportaciones [8]. Este es el segundo punto que, a mi parecer, es un indicio de que los índices de precios seguirán al alza, al menos hasta los 60 dólares barril, limitado por el BEP del fracking.
Si bien, no se espera una subida brusca de los precios, ya que el exceso de oferta y los bajos precios del barril han dado lugar a la acumulación de stocks, sobre todo en países importadores, factor que puede contribuir a atenuar las elevaciones bruscas del precio del barril [9].
Las grandes petroleras cotizadas – ExxonMobil, Total, Statoil, Repsol, Royal Dutch Shell, BP y Chevron – ganaron 3.699 millones de dólares en el primer trimestre, un 73 por ciento menos que en el mismo periodo de 2015, lastradas por los bajos precios del crudo [10]. En general, las grandes empresas petroleras, con gran importancia en el PIB de sus países, así como en la inflación o deflación de los precios en los mismos, están teniendo problemas. ¿Desaparecerán o subirá el precio del crudo? Mi opinión es que aprovecharán para realizar reajustes, pensar dónde invertir y, en general, limpiar la casa para poder entrar a vivir cómodamente cuando vuelva el precio del crudo a “la normalidad”, por encima del break-even y con unos beneficios que justifiquen la existencia del negocio del petróleo.
¿Y qué pasaría si el BEP del fracking baja de los 65 dólares en los que aproximadamente se encuentra? Las energías renovables no están preparadas para hacerse con todo el consumo energético existente en un período menor a 25 años, ni para el consumo eléctrico actual, ni para el consumo en transporte. Los vehículos con motores térmicos no van a desaparecer de un día para otro. Los gigantes en desarrollo –China, India, Brasil– y la superación de la actual crisis mundial, harán que la demanda de energía aumente en términos generales. El dilema está en si este aumento será absorbido por incorporación del fracking y las renovables o si aún se requerirá extraer más petróleo para cubrir esta demanda.
Un petróleo que cada vez estará más profundo, será más difícil de extraer y tendrá unos costes operativos y de capital más altos, generando, por un lado, los nichos de negocio necesarios para el desarrollo definitivo de las renovables sin necesidad de subvenciones y, por otro lado, la subida de los precios, el final de la deflación y, quizás, la salida de la crisis.
Referencias:
[1] | T. R. Malthus, Ensayo sobre el principio de la población, Est. Lit. y Tip. de Lucas González y Compañía.. |
[2] | INVESTING, «Petróleo Brent Históricos,» Enero 2016. |
[3] | EL CONFIDENCIAL, «Moody’s ve el precio del petróleo en los 53 dólares en 2016,» 2015. |
[4] | ABC, «Moody’s rebaja su previsión de precios del petróleo para 2016,» 2015. |
[5] | REUTERS, «Exceso global de suministros moderaría alzas en precios del petróleo este año,» Mayo 2016. |
[6] | Mucho Invertir, «Invertir en petroleras: precio del petróleo, oferta y demanda,» Septiembre 2015. |
[7] | Rankia, «La oferta de petróleo, ¿un objeto inamovible?,» Diciembre 2014. |
[8] | Wikipedia, «Reservas de petróleo en Arabia Saudita,» Abril 2016. |
[9] | V. D. Golpe, «EL MERCADO DEL PETRÓLEO. FACTORES DETERMINANTES DEL PRECIO,» Febrero 2016. |
[10] | EFE, «Las grandes petroleras cotizadas bajaron un 73 % su beneficio en el trimestre,» Mayo 2016. |